Tecnología

Las ganancias tecnológicas ayudan a China a superar a EE. UU. en la batalla del mercado de valores

La lucha por la supremacía mundial entre Estados Unidos y China se libra en los frentes comercial y tecnológico, pero la rivalidad también se extiende a los mercados de capitales, donde Pekín se impone contundentemente. El índice Hang Seng de la Bolsa de Hong Kong ha subido más de un 20% en lo que va de año y el CSI 300 de China continental ha subido más de un 3%, lo que contrasta con el balance cada vez más negativo de las acciones de Wall Street en 2025.

La diferencia es aún más notable si comparamos el rendimiento bursátil del sector tecnológico: el Hang Seng Tech, el índice que incluye a las 30 mayores empresas tecnológicas que cotizan en la Bolsa de Hong Kong, ha subido un 35% este año. El martes, resistió la ola de ventas de las acciones tecnológicas en Wall Street, donde el Nasdaq Composite, que ya ha perdido casi un 10% en lo que va de año, registró su peor día desde septiembre de 2022.

La inversión internacional se centra en China. El índice MSCI China ha subido un 19% en lo que va de año, en lo que supone el mejor comienzo de año de su historia. Su subida del 29% desde el mínimo anterior hasta el máximo es la tercera más alta jamás registrada por este índice, solo superada por la recuperación tras la gran crisis financiera y la reapertura tras la pandemia de COVID-19.

El mercado bursátil chino, que en los últimos años ha decepcionado significativamente a los inversores y aún se encuentra lejos de sus máximos de 2021, ha comenzado 2025 con un rumbo muy diferente a pesar de la cruda batalla comercial librada por Trump. Entre los factores que juegan a favor del mercado bursátil chino se encuentran los aranceles estadounidenses, que si bien son contundentes, no son tan agresivos como el mercado esperaba; un mayor optimismo sobre su economía y la recuperación de la demanda interna; y, sobre todo, la deslumbrante aparición de DeepSeek. Este nuevo modelo de inteligencia artificial de código abierto, mucho más económico y eficiente que los conocidos hasta la fecha, ha desafiado el dominio estadounidense y ha marcado un punto de inflexión en la industria tecnológica, que se refleja claramente en los precios de las acciones de las empresas.

Las llamadas Siete Magníficas del mercado bursátil estadounidense están perdiendo parte de su esplendor en 2025, una tendencia acelerada por la irrupción de Deep Seek en un sector con valoraciones bursátiles altísimas. La aparición de esta empresa china ha cambiado la percepción de que Pekín tardaría años en alcanzar a Estados Unidos en inteligencia artificial, si es que alguna vez lo lograba.

Goldman Sachs estima que la adopción generalizada de la inteligencia artificial en el tejido empresarial podría aumentar las ganancias por acción en China un 2,5 % anual durante la próxima década, incrementando así el punto de equilibrio de las valoraciones bursátiles del gigante asiático entre un 15 % y un 20 %, con un potencial de flujos de inversión de más de 200 000 millones de dólares.

El balance del precio de las acciones también muestra la rotación de la tecnología estadounidense a la china a principios de año. Mientras que las Siete Magníficas en su conjunto se encuentran en terreno negativo, las cuatro grandes empresas chinas, recientemente nombradas, han experimentado un fuerte aumento: Alibaba, con un alza del 64 % en la Bolsa de Hong Kong; Tencent, con un alza del 24%; Xiaomi, con un alza del 58%; y Baidu, con un alza del 14%.

En un año tan incierto, la economía china también muestra señales de optimismo, aunque los aranceles estadounidenses, la persistencia de su crisis inmobiliaria y la necesidad de impulsar la demanda interna son motivo de cautela. La deflación también representa una amenaza, ya que el Índice de Precios al Consumidor cayó un 0,7% en febrero, su primera caída desde enero de 2024.

El banco estadounidense Citi acaba de elevar su estimación de crecimiento del PIB para China este año y el próximo: del 4,2% al 4,7% en 2025 y del 4,1% al 4,8% en 2026, aún por debajo del 5% previsto este año por las autoridades chinas. «2025 podría ser un año decisivo. La nueva economía está cobrando impulso y la tradicional economía está viendo la luz al final del túnel. La estabilización del mercado inmobiliario está en marcha y conduciría a una recuperación del consumo», afirmaron los analistas de Citi. Sin embargo, la tensión bilateral entre EE. UU. y China tiene muchas facetas más allá de los aranceles, y Goldman Sachs señala el riesgo de posibles restricciones regulatorias que podrían ampliar las limitaciones a las inversiones estadounidenses en China o las normas contables y de presentación de informes para los ADR (Recibos de Depósito Americanos) chinos, la fórmula bajo la cual empresas como Alibaba o Baidu cotizan en Wall Street.

En el caso extremo de que EE. UU. prohíba la inversión en empresas chinas que cotizan en bolsa, Goldman Sachs calcula que la posible liquidación de posiciones podría superar los 800 000 millones de dólares, lo que representaría un terremoto financiero que podría convertirse en una nueva amenaza.

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