
Entran en vigor los aranceles de China a los productos agrícolas estadounidenses
Pekín empezó a imponer aranceles el lunes a muchos productos agrícolas de Estados Unidos, para los que China es el mayor mercado extranjero. Se trata de la última escalada de una disputa comercial entre las dos mayores economías del mundo.
El gobierno chino anunció los aranceles la semana pasada, poco después de que el presidente Trump aumentara los aranceles a los productos chinos por segunda vez desde que asumió el cargo en enero. Los aranceles chinos incluirán un gravamen del 15 por ciento a productos estadounidenses como pollo, trigo y maíz, así como del 10 por ciento a productos como soja, cerdo, carne de vacuno y fruta.
Pekín dijo que los bienes que ya habían sido enviados antes del lunes e importados antes del 12 de abril no estarían sujetos a los nuevos aranceles. Debido a que los cultivos como la soja, el trigo y el maíz, en particular, tienden a viajar por mar, esto significa que los funcionarios de aduanas de China en realidad cobrarán pocos aranceles hasta que los envíos lleguen a China después de salir de Estados Unidos el lunes o más tarde.
Un portavoz del Congreso Nacional Popular, que ahora celebra la sesión legislativa anual de China, dijo la semana pasada que los últimos aranceles de Trump habían “perturbado la seguridad y la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales”.
El gobierno chino también dijo que estaba impidiendo que 15 empresas estadounidenses compren productos chinos a menos que otorgara un permiso especial, incluido un fabricante de drones que abastece al ejército estadounidense. Y dijo que estaba impidiendo que otras 10 empresas estadounidenses hagan negocios en China.
Trump ha sostenido que se necesitan aranceles a las importaciones de China, la mayoría de las cuales son productos manufacturados, para permitir que Estados Unidos reconstruya su sector industrial y también para generar ingresos fiscales para el presupuesto federal. Impuso un arancel del 10 por ciento a casi todas las importaciones de China a principios de febrero, y aumentó el arancel al 20 por ciento la semana pasada. Ha dicho que las acciones tenían como objetivo en parte presionar a China para que redujera el flujo del opioide fentanilo a Estados Unidos.
El martes pasado, Trump también impuso aranceles del 25 por ciento a Canadá y México, aunque suspendió abruptamente muchos de esos gravámenes dos días después.
Añadió aranceles del 20 por ciento a los aproximadamente 440.000 millones de dólares en productos chinos que Estados Unidos importa anualmente. El arancel estadounidense promedio sobre los productos chinos afectados ahora es del 39 por ciento, frente al 3 por ciento cuando Trump comenzó su primer mandato hace ocho años. Aparte de China, Canadá y México, Estados Unidos aplica aranceles promedio de alrededor del 3 por ciento a la mayoría de los países.
A pesar de las recientes escaladas en la guerra comercial entre Washington y Pekín, ambas partes han señalado que pueden estar abiertas a un compromiso. La semana pasada, el ministro de Comercio de China dijo a los periodistas que había invitado a su homólogo estadounidense y al representante comercial de Estados Unidos a una reunión. Y el mes pasado, Trump dijo que era “posible” un nuevo acuerdo comercial con China.
Los gravámenes del lunes no son la primera vez en las últimas semanas que China ha respondido de la misma manera a las acciones comerciales de Trump. Después de que el presidente impusiera aranceles del 10 por ciento a principios de febrero, China dijo que impondría aranceles al gas natural, el carbón y los equipos agrícolas comprados a Estados Unidos.
Pero Estados Unidos tiene más objetivos en una guerra comercial porque los estadounidenses compran muchos más bienes de China que los chinos compran a los estadounidenses. Esto le permitió a Estados Unidos superar a China con relativa facilidad después de que China impusiera aranceles recíprocos a los bienes estadounidenses durante el primer mandato de Trump.
Pero Mao Ning, una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, sostuvo en la sesión informativa diaria del ministerio el lunes que nadie debería imponer aranceles adicionales. “Las guerras comerciales y las guerras arancelarias comienzan con dañar a otros y terminan con dañarse a uno mismo; Estados Unidos debería aprender lecciones y cambiar su rumbo”, dijo.
China enfrenta una economía interna más problemática ahora que durante el primer mandato del presidente Trump. Está paralizada por problemas económicos, incluida la débil inversión extranjera y las secuelas de una crisis inmobiliaria.
Aun así, China tiene otras herramientas para manejar la actual escaramuza comercial. En el pasado, Trump ha reducido los impuestos a las empresas chinas que exportan bienes a Estados Unidos, lo que les ha permitido reducir los precios y amortiguar los efectos de un arancel estadounidense.
Las empresas chinas también han trasladado el ensamblaje final de sus productos a países como Vietnam y México, con los que Estados Unidos ha tenido relaciones comerciales relativamente libres en las últimas décadas. Pero Trump ha tratado de cerrar esta laguna amenazando con aranceles a México.
Y las empresas chinas han tratado de explotar la llamada regla de minimis, que exime de aranceles a los paquetes si su valor es de 800 dólares o menos. Trump ha tratado de tomar medidas enérgicas contra esta práctica, pero la medida resultó complicada de ejecutar, y Trump ha detenido en gran medida el esfuerzo.