Los aranceles entraron en vigor al expirar las exenciones, los cupos libres de impuestos y las exclusiones de productos. Además, el arancel sobre el aluminio se incrementó del 10 %.

Se han impuesto aranceles separados a Canadá, México y China, y se planea gravar las importaciones de la Unión Europea, Brasil y Corea del Sur también mediante la aplicación de tasas “recíprocas” a partir del 2 de abril.

Trump ha afirmado que los impuestos beneficiarán al sector metalúrgico estadounidense y crearán empleo. Sin embargo, sus amenazas arancelarias, que oscilan entre sí, están sacudiendo los mercados, generando temores de una desaceleración económica y amenazando con elevar los precios al consumidor.

La Comisión Europea respondió casi de inmediato a la entrada en vigor de los aranceles, anunciando la imposición de aranceles compensatorios sobre productos estadounidenses por valor de 26 000 millones de euros (28 000 millones de dólares) a partir del próximo mes.

“Esto coincide con el alcance económico de los aranceles estadounidenses”, declaró Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en un comunicado, añadiendo que el régimen se impondría en dos fases y se implementaría plenamente el 13 de abril.

La jefa del ejecutivo de la UE también reiteró la convicción del bloque de que la insistencia de Trump en revocar las normas comerciales globales perjudica la unidad occidental ante los crecientes desafíos.

“Siempre estaremos abiertos a la negociación”, afirmó. “Creemos firmemente que, en un mundo plagado de incertidumbres geopolíticas y económicas, no nos conviene imponer aranceles a nuestras economías”.

Canadá, el mayor proveedor extranjero de acero y aluminio a EE. UU., afirmó estar considerando medidas recíprocas.

El secretario de Comercio y Negocios británico, Jonathan Reynolds, afirmó que “todas las opciones estaban sobre la mesa” para responder en beneficio del interés nacional.

En Australia, el primer ministro Anthony Albanese denunció la medida como “totalmente injustificada… y contraria al espíritu de la duradera amistad entre nuestras naciones”, pero descartó la imposición de aranceles de represalia.

Mientras tanto, dos importantes siderúrgicas surcoreanas anunciaron que estaban considerando invertir en nuevas instalaciones en Estados Unidos, lo que respalda la afirmación de Trump de que sus aranceles están fomentando la inversión extranjera en el país.