Secretos de la estrategia profesional: el consejo de Rubí, el papel de Macri y la decisión de Vidal

El consultor estrella del porteño, Antoní Gutiérrez Rubí, caminó de aquí para allá en estos días, entre Uspallata y las oficinas de Mauricio Macri. El gurú catalán, que trajo a Jorge Macri a la ciudad, es el que ha estado leyendo cuidadosamente a los tres encuestadores que trabajan hoy con el Pro (Casa Tres de Mora Jozami, Isonomio y Aresco) para elegir los candidatos, pero, sobre todo, para instalar la idea de que el equipo y la identidad amarilla serán los protagonistas, ya sea o no, están en el balón.
Con la sede de la campaña de María Eugenia Vidal, el profesional está preparado para una de las batallas más determinantes en su historia: conservar el territorio que lo vio nacer, crecer y sobrevivir al vendaval político, el primer kirchnerista y ahora libertario.
Gutiérrez Rubí ha insistido en una serie de conceptos clave para la campaña a los legisladores de Buenos Aires el 18 de mayo. El primero: el debate debe ser municipal, local. Se debe discutir la gerencia, el medidor cuadrado de los Buenos Aires. Por otro lado, saben bien en el profesional, habrá intentos de nacionalizar la campaña.
Estos no les gustan los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Es por eso que molesta a quienes creen que son los dueños de la verdad.
En segundo lugar, la idea motora de esta campaña será generar lo que en Uspallata llamó “la gran conversación”, que tiene como eje central el escucha activa, el contacto directo y el enfoque de los vecinos en diferentes lugares de la ciudad.
“Es una invitación para plantear el debate público, construir un futuro compartido en la ciudad y transformar las preocupaciones de los ciudadanos en soluciones”, es el máximo que los estrategas amarillos repiten.
Según las fuentes pro, lo que observan en otros partidos políticos son las campañas de afiliación clásica, como en los avances de La Libertad; o Asambleas ciudadanas con dispositivos proselitistas, como en el caso del PJ.
Esta vez, la proximidad, un concepto que siempre fue sinónimo de las campanas clásicas, será reemplazado por enfoques para vecinos sin folletos, o comercialización o los clásicos volantes del profesional. Los militantes amarillos que escucha es quizás el eslogan. Ya sea en parques o cuadrados, a la salida de una escuela o en un rincón reconocido de la ciudad. Solo en la última semana había unos 3.500 líderes en la calle recorriendo 600 puntos de la ciudad en las 15 comunas.
Gutiérrez Rubí lo explica con la “teoría de los lazos débiles”: aquellos que generalmente se forman entre las comunidades de vecinos que saben pero no interactúan profundamente, aunque comparten espacios. Estos tipos de lazos, creen, son clave para ese diálogo de cercanía.
Desde esa escucha, sale las afirmaciones que ya se están registrando desde el Jefe de Gobierno hasta los militantes base de una comuna. La higiene, la seguridad y el tránsito y el transporte están en la parte superior de las reclamaciones.
En este contexto, Macri, que estaba en la Universidad de Bolonia, dando clase con el italiano Romano Expremier Prodi, suspendió todos sus viajes hasta el 20 de mayo: se centrará directa y personalmente en la campaña profesional de la ciudad.
Sus asesores han estado diagramando en los que las comunas estratégicas deberían reforzar su presencia. El corredor del norte es lo primero que aparece.
De hecho, ayer todo el profesional recorrió la ciudad. El ex presidente mismo estaba en la comuna 2 (Recoleta), mientras que Vidal en el sur, como Waldo Wolff, el ex ministro de seguridad, que ya tiene un lugar asegurado en el esquema de campaña.
Si bien las candidatas se presentan el próximo sábado, esta semana será clave para esa definición. Ya está definido que hay cinco caras conocidas e identificadas con el Pro que aparecen primero.
Vidal ya les dijo a todos, incluso al más insistente, que no quiere liderar la boleta de los legisladores. Él tiene argumentos: su amistad de más de 30 años con Horacio Rodríguez Larreta, con quien debe competir, pasando por su papel como jefe de campaña (que debe dejar) a su propia convicción, que es clave para un candidato: no es su turno de ser la cara de la lista.