Pedro González: “El GNC podría ser una solución nacional, pero nunca tuvo apoyo estatal”

En una entrevista para Channel E, Pedro González, presidente de la Cámara de GNC presentó los obstáculos estructurales y la falta de políticas públicas que frenan el crecimiento de GNC en Argentina.
El CNC, una oportunidad perdida
El entrevistado mencionó que “Desafortunadamente, siempre es una paradoja porque es el combustible más ecológico y más abundante que tenemos, pero no tiene mercado”. Aunque el gas natural comprimido (GNC) representa una opción más limpia, económica y de infraestructura desarrollada en todo el país, la demanda ha caído notablemente debido a la falta de incentivos y el apoyo estatal.
“Siguemos siendo el combustible más barato, además de ecológico”, insistió González. Sin embargo, la ausencia de políticas públicas ha detenido su adopción masiva. “Nunca hemos tenido una mano o una directiva”, denunció.
Comparaciones internacionales y posibles modelos
El contraste con otros países es evidente. González cita el ejemplo de España, donde se fabrican vehículos diseñados desde el diseño para usar GNC. “En España, el estado dio dinero, muchos millones de euros a las terminales automotrices para producir estos autos”, explicó. Como resultado, estos autos dejan la fábrica con tanques laterales que no ocupan un espacio útil.
Por otro lado, en Argentina, los tanques permanecen cilíndricos, se instalan en el tronco y la modificación es una solución forzada. “No puedo modificar un automóvil de fábrica y hacer todas las modificaciones para una estructura de tanque que no tenemos”, dijo.
Economía real: ¿Cuándo deberían instalarse CNCS?
Cuando se le preguntó sobre la amortización de un equipo, González ofrece un aspecto a largo plazo. “En Argentina somos a corto plazo.
Según su experiencia, un usuario intensivo como taxista recupera la inversión en solo cuatro o cinco meses. Pero para el usuario promedio que hace unos 25,000 kilómetros hace un año, los ahorros acumulados pueden cubrir no solo el equipo, hasta la mitad del valor del automóvil. “Ya recuperé el valor del automóvil, no el equipo de gas”, dijo.
La diferencia de precio entre GNC y combustibles líquidos sigue siendo notable: “Es en promedio un tercio de lo que vale la gasolina premium y el 40% de lo que vale el Super”.
Obstáculos estructurales y culturales
Además del desembolso inicial, González destaca otros factores que obstaculizan la adopción de masa. “Hay autos que no pueden poner los tanques y tienen que ocupar parte del baúl, y eso también es incómodo”. Esto se ve agravado por la falta de apoyo de los terminales automotrices, que en Argentina no ofrece modelos de GNC de fábrica.
La ignorancia o la información errónea también juegan un papel. En Brasil, por ejemplo, donde la diferencia de precios no es tan grande, el parque automotriz con GNC es más amplio. “No entienden cómo no podemos tener un triple parque”, dijo sorprendido.
Reutilización del equipo y beneficios no utilizados
El sistema actual incluso permite reutilizar el equipo. “Los taxistas cuando cambian el automóvil pagan la desinstalación y la instalación en su auto nuevo. Toman el mismo equipo porque continúan funcionando igual”, explicó. Es un circuito posible y rentable, pero poco promovido.
Para González, todo se reduce a una falta de visión estratégica. “Creemos que el uso intensivo de GNC podría favorecer al país en las exportaciones de petróleo”, dijo. Con una de las reservas de gas más grandes del mundo en Vaca Muerta, la oportunidad sigue siendo latente.
Al final, el entrevistado agregó: “Sin promoción o decisión política, continuaremos perdiendo un recurso estratégico que el mundo ya ha aprendido a usar”.