Ligamentos cruzados: una lesión que crece y amenaza a clubes y jugadores de fútbol

Federico Gurendiain / Na
Hoy 04:38
El fútbol argentino vive una crisis silenciosa pero alarmante: desde el 31 de octubre de 2020 hasta el presente, la primera división registró 104 casos de jugadores que sufrieron descansos de ligamentos, una estadística que refleja un problema creciente en el campo deportivo.
La situación alcanzó su punto más crítico en 2024, el año en que 39 jugadores fueron víctimas de esta lesión grave, estableciendo un registro histórico sin precedentes.
Al analizar los equipos más afectados, Banfield, Gymnastics y Rosario Central lideran la lista con ocho jugadores que enfrentaron esta lesión. Son seguidos por Sarmiento, con siete casos, y River, Godoy Cruz y Newell’s, con cinco.
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Estas cifras muestran que el problema no es exclusivo de un solo club, sino que afecta a toda la liga.
Los especialistas en medicina deportiva y preparación física apuntan a diversas causas detrás del aumento de estas lesiones: a partir de la acumulación de partidos en calendarios más ajustados debido a la pandemia hasta los posibles déficits en el resto y la recuperación de los jugadores.
“Hace dos semanas subí una publicación que pasó desapercibida”.
“Calendario muy ajustado, parques infantiles en algunos casos en malas condiciones, modas en el uso de enchufes semicirculares en lugar de enchufes redondos, estrés psíquico (todos juegan algo, descendencia, clasificación en las instancias finales, etc., etc.), fatiga física. El fútbol argentino es extremadamente difícil”, había publicado en su cuenta de Instagram Jorge Batista, un especialista en médicos en atletas.
Agregó: “El trabajo de los entrenadores físicos es excelente”.
“Si bien la mayoría son lesiones indirectas, también debo enfatizar que el jugador está protegido en Europa. Una o dos ofensas, amarillas y luego rojas. De todo esto pienso en una sola conclusión: no veo una salida rápida. Más y más jugadores continuarán rompiendo, esto es inevitable”.
Batista también enfatizó que no se hace nada al respecto: “No hay programas de prevención que se puedan establecer, porque las variables para corregir son muchos y jugar intereses económicos en muchos casos. Una penalización”.
Estos médicos también señalaron el impacto del estrés físico y mental en un contexto de competencias cada vez más exigentes.
Las rupturas de ligamentos representan un duro golpe para clubes y jugadores.
En promedio, la recuperación de este tipo de lesión ha sido entre seis y nueve meses, lo que no solo interrumpe las carreras de los atletas, sino que también afecta la estrategia y el rendimiento del equipo.
Dado este escenario, los organismos médicos y técnicos de los clubes trabajan en contra -reeloj para implementar medidas preventivas que reducen la incidencia de estas lesiones.
Sin embargo, las estadísticas alarmantes destacan la necesidad de una estrategia más integral que contemple desde la planificación de torneos hasta mejoras en la preparación física y el cuidado individual de los jugadores.
Mientras tanto, la preocupación continúa creciendo en el fútbol argentino, donde esta ola de lesiones amenaza con convertirse en un problema estructural a largo plazo.