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La Torre Eiffel salió por la muerte del Papa Francisco

La muerte del Papa Francisco causó una reacción inmediata en Francia. Este lunes por la noche, la Torre Eiffel salió a las 23.30 hora local, un poco antes de lo habitual, como una muestra de respeto por el pontífice argentino, que murió a los 88 años en el Vaticano. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, fue quien anunció la medida: “Para honrar su memoria, la Torre Eiffel saldrá esta noche y propondrá que un lugar en París lleva su nombre”, dijo.

El monumento, que se ilumina todas las noches con aproximadamente 20,000 bombillas, permaneció completamente en la oscuridad como un signo de duelo por la muerte del Papa Francisco. La postal llamó la atención de aquellos que estaban en la ciudad, siendo una de las pocas veces que el ícono parisino interrumpe su rutina luminosa.

Notre Dame y otras ciudades también rindieron homenaje al pontífice argentino

Anteriormente, a las 11.00, las campanas de la Catedral de Notre Dame reprimieron 88 veces, una para cada año de la vida del Papa. El templo, recientemente reabierto después de su restauración para el incendio de 2019, celebró una misa en homenaje y una vigilia que se extendió hasta la medianoche. Otra ceremonia similar para este martes está programada.

Además de París, otras ciudades francesas se unieron a los impuestos. En Marsella, donde el Papa estaba en 2023 durante las reuniones mediterráneas, las luces del Consejo de la Ciudad, la Basílica de Notre-Dame de La Garde y el Palacio Pharo. “Queremos recordar su paso por nuestra ciudad y su mensaje de fraternidad”, explicó el alcalde, Benoît Payan.

Lille, Estrasburgo y Lyon también realizaron masas especiales. En todos los casos, el tono era el mismo: respeto, silencio y una profunda gratitud hacia la figura de Francisco, que en Francia sabía cómo ganar afecto y reconocimiento.

Desde el archipiélago de mayo, el presidente Emmanuel Macron habló sobre la noticia: “A lo largo de su pontificado, fue casi el más vulnerable. Toda su vida luchó por más justicia”, dijo. Las palabras del presidente se unieron a una ola de mensajes de todo el arco político.

El gesto de apagar la Torre Eiffel sintetizó el duelo colectivo que se vivía en Francia. Más allá de los credos, el país desestimó a un líder espiritual que promovió el diálogo, la inclusión y la defensa de los derechos humanos. Su figura dejó una marca profunda que se reflejaba en cada campana, cada vela y cada silencio.

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