La semana que cambió el mundo en 1972 y el terremoto de las tarifas de Trump

El 9 de abril de 2025, pasará a la historia como un hito en la escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, una confrontación que tiene un impacto con los ecos del pasado y plantea preguntas sobre el futuro del orden global. China anunció un aumento en sus aranceles sobre los productos estadounidenses hasta un 84% contundente, una respuesta directa a las tarifas del 104% de Donald Trump a las exportaciones chinas. Este intercambio de medidas proteccionistas no es solo un duelo económico; Es un descanso con el legado de integración iniciado en 1972, cuando Richard Nixon pisó el suelo chino en lo que se llamaba “la semana que cambió el mundo”. Más de medio siglo después, Trump parece decidido a cerrar las puertas abiertas por Nixon, pero el costo de esta apuesta podría ser muy alto.
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En febrero de 1972, Nixon llegó a Beijing con un objetivo claro: romper el aislamiento de China y aprovechar su potencial para equilibrar el poder contra la Unión Soviética. Esa visita, cargada de simbolismo, con Nixon recorriendo la Gran Muralla y la diálogo con Mao Zedong, marcó el comienzo de una relación económica que transformaría el comercio global. China se convirtió en la fábrica mundial, mientras que Estados Unidos disfrutó de productos baratos y un mercado en expansión. Para 2022, el comercio bilateral alcanzó los 690 mil millones de dólares, según la Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos, tejiendo una interdependencia que, aunque desigual, benefició a ambos estados. Nixon entendió que el comercio podría ser un puente hacia la estabilidad geopolítica; Trump, por otro lado, lo ve como un campo de batalla.
El anuncio de Trump el 2 de abril, el “Día de Liberación” autodenominado, introdujo un arancel universal del 10% a todas las importaciones y tasas específicas que, en el caso de China, subieron al 34% inicial, sus sanciones anteriores hasta 54%, y ahora 104% después de las represalias chinas. Con un discurso que acusa a otros países de “saquear” a los Estados Unidos durante décadas, Trump busca recuperar una supremacía económica que considera perdida. Su estrategia recuerda la “teoría loca” que Nixon usó en la política exterior, pero se transfirió al campo económico: la imprevisibilidad del proyecto para forzar las concesiones. Sin embargo, el mundo de 2025 no es el de 1972. Las cadenas de suministro globales son complejas, y la desconexión tiene consecuencias impredecibles.
China no se detuvo. El Ministerio de Comercio Asiático justificó el aumento del 84% como una medida para “salvaguardar los intereses nacionales” contra lo que califica “agresión económica unilateral” de Washington. Este aumento, que afecta la soja a los semiconductores, refleja la voluntad de Beijing para no ceder ante la presión.
Esta confrontación tiene raíces profundas. Nixon facilitó el ascenso de China integrándolo en el sistema global; Trump ahora busca contenerla, pero con diferentes herramientas. Cuando Nixon usó la diplomacia, Trump está comprometido con la confrontación, suponiendo que los aranceles se doblarán a sus rivales. Sin embargo, las represalias se extienden más allá de China. La Unión Europea, con aranceles del 25%y países como Vietnam (46%) y Camboya (49%) también reaccionan, configurando una guerra comercial no publicada. Este escenario recuerda los aranceles Smoot-Hawley de 1930, que agravaron la Gran Depresión. El impacto económico será severo. En los Estados Unidos, los consumidores enfrentarán aumentos de precios, mientras que las empresas reconfiguran las cadenas de suministro con costos exorbitantes.
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Geopolíticamente, la estrategia de Trump se arriesga más a las promesas, ya que estas medidas podrían debilitar las alianzas occidentales, justo cuando la cohesión es vital contra desafíos como el cambio climático o la influencia china en el Sur global. Nixon vio a China una oportunidad; Trump lo percibe como una amenaza, pero su respuesta podría acelerar lo que busca evitar: un mundo donde Estados Unidos pierde la centralidad.
Si 1972 marcó el comienzo de una era de integración, 2025 podría señalar su puesta de sol, no para el final de la interdependencia, sino por el costo de ignorarla. China muestra que el proteccionismo no es un juego de suma cero. La historia juzgará si el “Día de Liberación” de Trump libera a los Estados Unidos o lo condena al aislamiento en un mundo en el que China levanta la voz y disputa su hegemonía.
Iván Ambrogio – Analista internacional especializado en defensa en los Estados Unidos, profesor universitario, autor de postales del siglo XXI y grietas y pandemia.