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La fuerte y cruda despedida de Gustavo Quinteros en Brasil deportes a los intransigentes

El año pasado fue, sin duda, uno de los mejores momentos en la vida de Gustavo Quinteros, quien en ese momento, acababa de consagrar al campeón de la liga profesional dirigiendo a Vélez. De esta manera, sorprendió a sus propios y extraños y no solo terminó yendo a nuevos desafíos, sino que ahora todo parece estar picado para él.

A pesar del rotundo éxito en Liniers, Quinteros decidió hacerse a un lado. Algunos desacuerdos con el liderazgo de Vélez y la aparición de una oferta del fútbol brasileño fueron decisivos para su partida. Por lo tanto, el entrenador asumió un nuevo desafío al frente del Guild Porto Alegre, pero la historia no tuvo un final feliz: solo cuatro meses después, fue despedido después de un comienzo preocupante en Brasilirao.

El ciclo de Quinteros en Gremio terminó abruptamente después de que la dura victoria sufrió antes de Mirassol por 4 a 1, un resultado que aceleró una decisión que ya había sido rumoreada de fechas anteriores. Los números de tricolor al comienzo del campeonato brasileño fueron alarmantes: solo un triunfo y tres derrotas, colocándolo en el puesto 17 en la mesa, justo antes de enfrentar el clásico contra el internacional planeado para el sábado 19.

El escándalo que marcó su estadía en Brasil

Más allá de los resultados adversos, Quinteros también protagonizó un episodio controvertido durante su pasaje a través del fútbol brasileño. En el regreso de las semifinales del Campeonato Gaúcho contra la juventud, el entrenador argentino fue expulsado por agredir a un jugador rival en medio de un tumulto generalizado sobre el final del juego, cuando el árbitro estaba rodeado de protestas enojadas de ambos equipos.

El incidente ocurrió cuando ênio, un futbolista juvenil, tomó Quinteros en medio del caos. El entrenador reaccionó prematuramente y le dio un golpe en la cara, generando una reacción inmediata que obligó a la policía a intervenir para evitar que la confrontación se fuera de control. La tarjeta roja para el entrenador era inevitable y su imagen fue muy derrotada.

Las cámaras de televisión más tarde capturaron a ênio mostrando su labio herido, mientras que Quinteros intentó justificar sus acciones en el centro de la corte, aunque no dio declaraciones públicas sobre lo que sucedió después de la reunión. El hecho agregó más presión sobre su continuidad ya comprometida en Guild, acelerando su separación solo unas semanas después.

Hoy, después de haber probado la gloria en el fútbol argentino, Gustavo Quinteros está pasando por un momento complicado en su carrera. Sin un club y con un episodio controvertido a cuestas, el futuro del técnico es un desconocido. ¿Tendrá una nueva oportunidad pronto o debería esperar para reconstruir su camino en sustitutos?

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