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Inflación recalentada: ¿cómo puede la liberación del impacto del tipo de cambio en los precios?

Después de la aceleración inflacionaria registrada en marzo, la liberación parcial del tipo de cambio de Otancia el objetivo del Gobierno de Javier Milei para lograr un índice de precios al consumidor (IPC) que comienza con el 1% a corto plazo. Las oscilaciones en dólares ejercerían presión sobre los precios y la mayoría de los pronósticos ya representan una dinámica superior al 3% para los próximos meses.

Aunque de las plantas oficiales, el número de marzo fue más importante al asociarlo con la estacionalidad de este período de ver, ropa y educación, la depreciación del tipo de cambio oficial de alrededor del 10%, el resultado de la eliminación de una buena parte de las restricciones de intercambio, el proceso de desinflación se dilata.

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De hecho, antes de conocer el acuerdo final con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por US $ 20,000 millones con un cambio inmediato de US $ 12,000 millones, Milei había avanzado que el IPC perforaría el 2% en “May o June”. Sin embargo, el arrastre estadístico del tercer mes del año y los eventuales observaciones del movimiento del dólar evitarían el nivel previsto por el elenco gobernante.

Lo mismo ocurre con el resultado que habían planeado para 2025. El proyecto presupuestario 2025 preparado por el equipo económico predijo una inflación del 18.3% para el año en curso. Durante el primer trimestre, el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDC) midió una variación acumulada de 8.6%. Por lo tanto, el objetivo autoimpuesto se ve al menos desafiante.

De hecho, los consultores que participan en la encuesta de expectativas del mercado (REM) del Banco Central de la República Argentina (BCRA) corrigieron el porcentaje ascendente: 27.5%. Otras estimaciones son menos optimistas y avanzan el crecimiento del precio general por encima del 30%.

Consultado por perfil, el economista Juan Manuel Telechea comentó que antes del anuncio del nuevo programa de intercambio, “era prácticamente imposible que la inflación de abril comenzara con 2 por un efecto de arrastre del 3.7% en marzo”.

“Con la incertidumbre que se generó el viernes y el fin de semana con el dólar futuro hasta el lunes que abrió el mercado, hubo algún comentario del precio. Eso, agregado a la depreciación del 10% del dólar, da un piso de inflación del 4% o 5% para abril y mayo. Para volver a caer, necesitan que el dólar permanezca estable”, dijo.

En este sentido, el analista económico de las consultorios de ganancias, Amilcar Collante, aumentó un escenario base con el tipo de cambio oficial a $ 1,250 y una aprobación (transmisión de la devaluación a precios) del 30%. De esta manera, estimó el 4.7% para abril, 4.8% para mayo y 3.3% para junio. En el caso de que la moneda estadounidense se mantenga estable, la inflación rompería un 2% en agosto.

“En abril, la mitad lo golpea porque los datos ya se jugaron. El impacto será esta semana, lo cual es corto, y los siguientes. En mayo tendrá un efecto mayor. Luego, volverá a la ruta anterior que la inflación había estado mostrando, con un núcleo de 2.8%. Si tiene este movimiento, el año terminaría en el 38%”, explicó.

Por su parte, el economista experimentado Orlando Ferreres consideró que el 50% de la devaluación a los precios se transferirá en los próximos dos meses y predijo un IPC de entre 3% y 3.5% para abril y mayo. “Llegan dos meses de alta inflación, pero llegará a las elecciones más bajas”, dijo en el diálogo con el canal E.

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Reorganización de dólar y precio gratis

Un informe del consultor de LCG enfatizó que dada la reciente evolución del mercado y la dinámica de las reservas, “es posible que el valor aumente inicialmente, tal vez tratar de probar la banda superior y la BCRA primero dejar el mercado para actuar para leer mejor las condiciones de demanda de dólares, pero eventualmente podría intervenir prematuramente para evitar un salto fuerte en la inflación”.

Otro informe de la fundación Capital, postuló un escenario de “reorganización de intercambio”, con un tipo de cambio real más alto, un menor riesgo de volatilidad de intercambio y una mayor nominalidad. El desafío? Contener la transferencia a la inflación de lo que resulta de la flotación entre las bandas de $ 1,000 y $ 1,400.

“El desafío inflacionario es más que relevante en el marco de un proceso de desinflación que ya se había detenido hacia fines del año pasado. Más allá del IPC del mes de marzo (3.7% mensual), que tuvo una contribución específica de 1.3 puntos por el aumento en el aumento de los precios de las vegetales y las carnes es que el núcleo de inflación promedió un aumento de 3.2% mensual desde diciembre (vs. 2.8% en octubre-noviciembre).

Y concluye: “Con un gran cambio y nominalidad inflacionaria, los ingresos de la población estarán condicionados, en un marco en el que la recuperación previa fue solo parcial. Los efectos de esto se notarán en el consumo, aunque en la actividad económica el impacto estará limitado por el mayor peso estacional de la actividad agrícola en el segundo trimestre del año. Hacia el segundo semestre, en un escenario donde el paso de la recuperación del GDP”.

MFN / TU

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