Gabriel Fuks: “Es muy peligroso suspender las garantías constitucionales dos días antes de las elecciones”

La boleta presidencial en Ecuador este domingo se lleva a cabo bajo un clima político raramente raro. Para la ola de violencia de narco y la sombra del magnicidio de Fernando Villavicencio, en los últimos días se agregó un nuevo factor de tensión: la transparencia del proceso electoral, frente a la posibilidad de que el gobierno de Daniel Nnovoa no conozca un resultado que no lo favorece, bajo el pretexto de Fraud.
El escenario ocurre en medio de una estricta competencia entre el actual presidente y la candidata de Correísta, Luisa González, a quien la mayoría de las encuestas se proyectaron como ganadora por un margen de 2 y 5%. Pero en el tramo final, la campaña vio alterada por la publicación de un decreto de última hora que permite redadas sin una orden judicial y restringe las garantías constitucionales en áreas clave del país, incluida la región costera, considerado un bastión de correísmo según el mapa político de la primera ronda.
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La medida, adoptada solo dos días después de las elecciones, generó preocupación tanto entre la oposición como en las misiones internacionales de observación electoral. Gabriel Fuks, ex embajador argentino en Ecuador y actual diputado de Parlasur, integra la delegación de vigilantes internacionales para la boleta electoral. “Hay un consenso entre todos con respecto a la preocupación por el decreto, incluso del OAS. Es muy peligroso suspender las garantías constitucionales dos días antes de las elecciones”, dijo.
En el diálogo con el perfil, Fuks advirtió que la situación es inusual y que, aunque el proceso electoral se desarrolla con cierta normalidad, las condiciones impuestas por el decreto “aumentan la tensión” de las elecciones.
Luisa González, candidata de la Revolución Ciudadana.
El decreto firmado por NOVOA el viernes pasado permite durante 60 días la suspensión de las garantías constitucionales en ciertas áreas del país, está justificado bajo el paraguas de la lucha contra las pandillas criminales que considera “terroristas”. Pero el problema no era solo el momento sino su aplicación geográfica específica, que coincide con las áreas costeras donde se espera un voto mayoritario a favor de González, una tendencia que se conocerá oficialmente después de las 22:30 (tiempo argentino).
A esto se agrega la imposibilidad de los vigilantes internacionales para moverse libremente a estas regiones, lo que limita su capacidad de monitoreo. “El único incidente grave en el que hubo que en Guayas cambió los lugares de votación en el último momento”, agregó.
Un mapa de juego
El mapa electoral ecuatoriano está profundamente fragmentado, con un país dividido entre regiones que responden a identidades políticas, sociales y culturales diferenciadas. La capital y la región andina se inclinan en su mayoría a NOVOA, mientras que la costa, incluidas las provincias de Guayas, Manabí y Esmeraldas, ha sido históricamente favorable para la Revolución Ciudadana, el sello electoral del ex presidente Rafael Correa. En este contexto, el decreto presidencial adquiere una connotación aún más sensible, ya que restringe las libertades precisamente en las provincias que podrían definir el resultado.
En la primera ronda, esta geografía política fue decisiva. El escrutinio inicial, centrado en la región andina, le dio a Neloa una ventaja prematura, que se diluyó a medida que entraron los votos de la costa. Hoy se espera un escenario similar. Sin embargo, como advierten de los sectores de la oposición, si los primeros datos oficiales muestran una amplia diferencia a favor del fallo, se podría instalar la idea de un triunfo temprano.
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“Ya nos advirtieron sobre esta posibilidad, incluso en una reunión con los veteros, la revolución ciudadana advirtió que si no hay una carga homogénea, nadie puede atribuir la victoria. Debemos prestar atención a los votos disputados o llenos”, dijo Fuks sobre el tema.
La posibilidad de una elección muy ajustada, con una diferencia de solo dos o tres puntos entre ambos candidatos, eleva la incertidumbre. En un registro de más de 13 millones de personas, una diferencia de 200,000 votos podría ser decisivo, siempre que no haya un número significativo de votos impugnados o apelados que fueran un recuento posterior. En ese sentido, la atención se establecerá no solo en los resultados preliminares sino también en el volumen de votos observados y en las condiciones de escrutinio.
“En la primera ronda, Daniel Ivoskus y la consultoría Trepentozero, los únicos que predijeron que en la primera ronda habría un empate. Ahora ahora predicen el triunfo de Luisa González por una diferencia de entre 2 y 5 puntos. En este momento no hay una encuesta que haya dado a Daniel Noboa como una ganadora. Incluso las personas que manejan el gobierno en sí”, agregó el Diputado del Parlatsur.
Daniel Nnovera, presidente de Ecuador.
Ecuador, una democracia blindada
La noción de una “democracia titulizada”, es decir, una forma de gobierno que, bajo una apariencia democrática, aplica lógicas típicas de los estados de excepción, parece encontrar un ejemplo actual en Ecuador. No es simplemente un contexto electoral disputado, sino una coyuntura cruzada por decretos restrictivos, militarización de las fronteras y una narrativa oficial que insiste en la amenaza del “enemigo interno”, representado tanto en las pandillas criminales como en los presuntos agitadores extranjeros, como quejas contra el grupo Puebla, según la visión del gobierno de Noboa.
Desde el punto de vista de los organismos multilaterales, se comparte la preocupación. Las misiones de la OEA, la Unión Europea, el Parlasur y el Copal, presentes en Quito para la boleta, expresaron su preocupación por el impacto del decreto en el desarrollo normal del proceso electoral. Aunque en la capital ecuatoriana el día tiene lugar normalmente, la verdad es que Quito no es el epicentro de los posibles conflictos. La tensión real, política y social se concentra en la costa, donde ambas bandas armadas denunciadas por el gobierno y el principal electorado del correísmo operan.
Uno de los elementos que el proceso electoral más eclipsa es la instalación temprana del discurso de fraude. Del partido gobernante, el fantasma de fraude se agitó, aunque el gobierno mantiene un control significativo sobre el Consejo Electoral Nacional (CNE), las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Esta narración, sostenida incluso sin evidencia concreta, siembra sospechas y podría funcionar como un preludio para un intento de ignorar el resultado en el caso de la derrota.
En este contexto, los analistas locales y los vigilantes internacionales observan con inquietud la posibilidad de un escenario de conflicto poselectoral. La sospecha no es tanto que las fuerzas armadas ejecuten un golpe clásico, como se vivió en las últimas décadas, sino que los mecanismos de presión institucionales, judiciales o policiales están permitidos que alteran el orden democrático bajo la excusa del mantenimiento del orden.
El antecedente de la crisis durante el gobierno de Guillermo Lasso, que también gobernó bajo los estados de repetidas excepciones, y la creciente presencia de pandillas criminales en el país, funcionan como justificación para el discurso titular. Pero las medidas excepcionales, como el cierre de fronteras o la autorización de redadas sin una orden judicial, no pueden convertirse en la norma en un proceso democrático. La línea que separa la seguridad de la represión puede volverse difusa en contextos de alto voltaje político.
El peso de Leonidas Iza y otros teclados en Ecuador
Otro factor clave en esta votación es el voto del movimiento indígena dirigido por Leonidas IZA. Aunque su base electoral no es decisiva en todo el país, su flujo de votos puede inclinar el equilibrio en una elección ajustada. Según Fuks, quien se reunió con el líder indígena, el 4% de sus votantes estarían inclinados a González y solo el 1% para NOVOA. “Tiene un voto indígena, pero también un voto de la izquierda, universidad y clase media. Está jugando claramente. Luego su controversia comenzará con el correísmo como siempre lo había tenido. Pero esa sería una futura discusión”, dijo.
Como si el clima político no fuera lo suficientemente tenso, en la última semana se agregó un nuevo capítulo a una de las historias más oscuras de la política ecuatoriana reciente: el asesinato de Fernando Villavicencio. La viuda del ex candidato presidencial, Verónica Sarauz, publicó un video en el que acusa al presidente Novoa y a la fiscal general Diana Salazar para presionarla para culpar a Rafael Correa por el crimen. Según Sarauz, el caso se utilizó como arma política y oculta una red de corrupción y vínculos entre el tráfico de drogas, los altos oficiales de policía y los sectores financieros del país.
CD / DS