Escándalo de la FPA: un exagente habló y admitió prácticas irregulares en operaciones anti -fragmentos

Un exagente de la fuerza policial (FPA) de Córdoba, bajo el seudónimo de “Germán”, presentó los métodos ilegales utilizados por las tropas para financiar investigaciones dentro del interior provincial. Según su testimonio, los agentes utilizaron drogas incautadas y su propio dinero para pagar datros, en un esquema que operaba fuera de la oficina del fiscal y actualmente tiene un fiscal para cobrar.
Germán explicó que, en áreas como Cruz del Eje, la complejidad de investigar las redes NARCO llevó a los agentes a retener parte de los medicamentos confiscados en las redadas, sin registrarlo, o poner dinero entre los agentes para compensar a los informantes. “Por ejemplo, si secuestraron 50 gramos, informaron 30 y los otros 20 regresaron al círculo para usarlos en otra investigación”, admitió.
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El objetivo: acelerar los casos en las aldeas donde “todos son conocidos” y la presencia de “un automóvil desconocido puede alertar a los investigados”, causando que la investigación caiga, dijo el entrevistado en la última pregunta del programa por Radio Continental Córdoba.
Aunque insistió en que no todas las tropas participaron, reconoció que la práctica era “una bomba de tiempo” tolerada por resultados estadísticos. “La oficina del fiscal no lo habría permitido, pero en Cruz del Eje sirvió”, dijo.
Fiscal imputado y fallas sistémicas
Las revelaciones coinciden con la imputación del fiscal Raúl Ramírez, acusados de no investigar la desaparición de 353 gramos de cocaína y 158 gramos de marihuana que tuvieron que ser enviados al depósito judicial. Según la causa, Ramírez, su secretario Patricio Bazán y el jefe del FPA local, Mauricio Oyola, habrían escondido a los desaparecidos, permitiendo que la droga se use en operaciones ilegales.
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La investigación, iniciada después de una queja del ex jefe de la FPA, Adrián Salcedo, también presentó deficiencias bajo custodia de evidencia: los sobres de los fármacos permanecieron años sin ser enviados, y los registros de transferencia se manipularon sin controles.
El caso ya agrega 12 acusados, incluidos 10 policías y dos civiles, por la Asociación Ilícita y la Cubierta. Germán, la FPA exagente, dijo que, a pesar de los riesgos legales, la presión de los resultados alentó estas prácticas: “Si una circunscripción no allanó en meses, exigieron acciones”.
Mientras Ramírez espera su elevación al juicio (requiere un despido previo para sus Fueros), el escándalo pone bajo control los protocolos de una fuerza de élite y revela la tensión entre la efectividad y la legalidad en la lucha contra el tráfico de drogas.
Foto en el texto: ilustrativo.