Elegancia en el tributo sinfónico a la música de James Bond en Buenos Aires

Con la sala de teatro opera con entusiastas y Melómanos, la noche prometió un viaje musical a través de los puntajes icónicos que han definido la identidad del Agente 007 durante más de seis décadas. Y sin duda, la promesa se cumplió. Desde el primer momento estuvo claro que este concierto no fue una mera reinterpretación de las piezas más emblemáticas de la franquicia, sino una celebración meticulosamente elaborada. La función se inauguró con un mensaje emocional registrado por Monty Norman, el famoso compositor del inconfundible tema de James Bond, estableciendo inmediatamente el tono de reverencia y respeto por la historia musical de la saga, que también fue el primer tema interpretado por la noche. A partir de ahí, la orquesta de más de 90 músicos bajo la impecable dirección del Maestro Andrés Robles, desplegó un espectáculo de precisión y majestad.
El programa abordó más de 20 piezas representativas de la serie de películas producidas por Albert Broccoli, pero también incluyó composiciones del excepcional Casino Royale (1967) compuesto por Burt Bacharach y Never Say Never Again (1983), por Michel Legrand, un detalle que evidenció el conocimiento profundo y la apreciación de los organizadores de todo el universo de Bond. La adaptación y los arreglos musicales, de Fabio Zurita y Andrés Robles, capturaron la esencia de cada época y estilo, logrando equilibrar la fidelidad con las versiones originales con una grandilocuencia sinfónica que elevaba cada pieza a una dimensión magnífica.
Parte fundamental del programa fueron las interpretaciones vocales, que sabían cómo cumplir con el desafío. Ivette Gala, con su presencia y poder vocal, recreó con gran elegancia algunos de los temas más memorables, mientras que Fernando de Madariaga contribuyó con profundidad y drama a Thunderball, originalmente interpretó nada menos que por Tom Jones. Lucia Cullinan, Hebe Martino, Tony Coleman, Yael Amira González y Tomás Elizalde contribuyeron con frescura y energía a la noche, en interpretaciones donde la pasión y la técnica se entrelazaban excelentemente.
Estos no les gustan los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Es por eso que molesta a quienes creen que son los dueños de la verdad.
La mención especial merece el coro de encuentro, dirigido por Constanza Fautario, cuya participación dotó de drama adicional a varias de las piezas más épicas de la noche. Su intervención en varios temas agregó una dimensión sólida de gran impacto, destacando la intensidad cinematográfica de cada composición.
La epopeya del vínculo
Un éxito innegable de la producción fue la sincronización del repertorio con clips seleccionados de las películas. A medida que cada interpretación se convirtió en la vida en el escenario, las imágenes icónicas de Sean Connery, George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig de Daniel Craig, pero sin olvidar a David Niven en la gran interpretación en el Casino Royale, desfilar en la pantalla, reforzando la conexión emocional con el público. Este recurso, lejos de distraer, sirvió como un complemento visual perfecto que enriqueció la experiencia auditiva.
Los diferentes temas se ejecutaron sin un orden cronológico y sin el ritmo que se descompone en cualquier momento. En una versión imponente y enérgica, la orquesta desató una avalancha de metales vibrantes y percusión contundente que encapsuló perfectamente la esencia de la saga: misterio, acción y un carisma único. La respuesta del público fue inmediata y efusiva, con una ovación de pie que selló la noche con los aplausos unánime de los asistentes y una interpretación final, antes de la solicitud del público de extender el espectáculo, por Live and Let Die.
El homenaje sinfónico a James Bond en Buenos Aires no fue solo un triunfo artístico, sino una declaración de amor por una de las bandas sonoras más influyentes en la historia del cine. La dirección magistral de Andrés Robles, las adaptaciones perfectamente concebidas y la entrega de cada artista en el escenario consolidaron un espectáculo que sin duda se grabará en la memoria de aquellos que tuvieron el privilegio de presenciarlo. Con esta primera edición, Argentina ha registrado su nombre en la historia de los impuestos sinfónicos a 007, y todo indica que será el comienzo de una tradición que merecerá repetirse en futuras ocasiones. Como dijo Mony Norman al comienzo del programa cambiando la famosa frase de James Bond: Espero que sean “conmocionados y agitados”.
Informe: Eduardo di Gennaro.