El gobierno italiano limita el acceso automático a los ciudadanos: ahora debemos demostrar que un padre o un abuelo nacido en Italia

El gobierno italiano, encabezado por Giorgia Meloni, ha promovido una profunda reforma en las regulaciones de ciudadanía que buscan limitar su acceso automático y promover una conexión real entre los descendientes de los italianos y el país de sus antepasados. A través de una ley de decreto, de aplicación inmediata y con un proyecto de ley en curso, las nuevas regulaciones modifican los criterios para la transmisión de la ciudadanía por la ley de sangre (IUS sanguinis), lo que lo restringe a dos generaciones, es decir, padres o abuelos.
Este cambio responde a una estrategia política más amplia de control de inmigración y fortalecimiento de la identidad nacional italiana. Hasta ahora, la ciudadanía italiana podría reclamarse sin límite generacional. Esto afecta directamente a miles de personas que planearon su aplicación en función de grandes grandparentes o grandes grandparentes, eliminando un camino que durante años fue utilizado por descendientes en América Latina y otras regiones.
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La medida surge, entre otras razones, por la preocupación del gobierno por el impacto político y administrativo de la entrega masiva de ciudadanías. Se estima que fuera de Italia hay una población potencial de 60 millones de descendientes de italianos, una cifra que podría modificar el equilibrio electoral y aumentar la presión sobre los consulados y los tribunales italianos, que ya enfrentan demoras en el procesamiento.
Por ejemplo, solo en Venecia hay más de 50,000 aplicaciones pendientes. De hecho, en el último año ha habido un crecimiento exponencial en el número de ciudadanos otorgados, lo que encendió alarmas en el ejecutivo italiano.
Requisitos más estrictos
Otro cambio clave es la necesidad de demostrar vínculos reales con Italia para acceder a los ciudadanos. Por lo tanto, se establecieron nuevas reglas para la documentación:
– Los juramentos o testimonios no serán admitidos como prueba de descenso.
– Se debe demostrar la ausencia de causas de pérdida de ciudadanía.
– Los procedimientos de ciudadanía para los residentes en el extranjero ya no se llevarán a cabo en los consulados, sino en una nueva oficina centralizada de Farnesina (Ministerio de Asuntos Exteriores) de Italia.
– Se requerirá residir en Italia durante un mínimo de tres años para solicitar a los ciudadanos en caso de no cumplir con el límite generacional. En este caso, los procedimientos se llevarían a cabo en lugar de residencia.
– Se podrían establecer exámenes de lenguaje y conocimiento sobre la cultura italiana para evaluar la integración del solicitante.
– Las solicitudes presentadas antes del 28 de marzo de 2025 continuarán siendo evaluadas bajo las regulaciones anteriores.
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Una reforma con impacto inmediato
La ley de decretos ya está en vigor, y aunque el Parlamento tiene 60 días para vetarla, esto es poco probable debido a la mayoría oficial. La ley complementaria, por otro lado, podría tardar más en ser ratificada, aunque el gobierno ha expresado su intención de promoverlos rápidamente.
Si el proyecto se aprueba como se indica, los consulados dejarán de procesar procedimientos de ciudadanía, centralizando las solicitudes en Roma. Del mismo modo, se esperan restricciones futuras, como los exámenes de lengua y cultura italiana, los requisitos de residencia obligatorios y la necesidad de demostrar actividad cívica en Italia al menos una vez cada 25 años.
La posibilidad de exigir un período de trabajo formal en el país también se estudia antes de acceder a la ciudadanía definitiva, para garantizar una integración efectiva y evitar solicitudes motivadas solo por beneficios administrativos.
Esta centralización también tiene un impacto en la burocracia estatal, ya que se espera la creación de nuevas agencias especializadas para el análisis y la aprobación de las solicitudes, lo que implicará un rediseño del sistema administrativo de ciudadanía.
Cambio de paradigma
La reforma en la ciudadanía italiana marca un cambio de paradigma: de un modelo de transmisión automática a uno basado en una integración efectiva. Si bien estas medidas pueden representar un obstáculo para muchos descendientes de italianos, también abren la puerta a una nueva visión de ciudadanía, donde la conexión con el país de origen no solo es documental, sino también experimental y cultural.
El impacto de esta reforma será significativo tanto para las comunidades italianas en el extranjero como para la dinámica interna del país. Mientras que algunos ven estas medidas como una forma de preservar la identidad nacional y evitar el uso estratégico de la ciudadanía italiana, otros advierten sobre las dificultades que enfrentarán aquellos que han crecido con el deseo de recuperar su vínculo con Italia. La verdad es que el debate sobre la ciudadanía está lejos de cerrar, y su evolución dependerá de los movimientos políticos y sociales en los próximos años.
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Volver a Italia
Hay una startup basada en Udine, cuyo papel es clave para la integración de nuevos ciudadanos. Dirigido por su CEO, Gerardo Sine trabaja en la integración de los descendientes de los italianos a la vida y la sociedad del país. A través de alianzas con el gobierno, la confirmación, las empresas e instituciones educativas, Back to Italy ofrece un ecosistema de apoyo para aquellos que desean mudarse a Italia y establecerse allí, promoviendo no solo su adaptación sino también su contribución activa al desarrollo económico y social del país.
Gerardo Sine también ha sido invitado a participar en la Comisión de Recursos Humanos de la Confindustria (Confederación General de la Industria Italia), un espacio para la confluencia de los actores, donde crean propuestas concretas para que el gobierno las implemente.
“El objetivo no es solo obtener un pasaporte, sino reconectarse con las raíces y construir un futuro en Italia”, dice Sine. El programa acompaña a los migrantes en aspectos legales, laborales y sociales, lo que garantiza que la transición es fluida y beneficiosa tanto para los nuevos residentes como para el país. A su vez, la compañía trabaja en iniciativas de capacitación para facilitar el acceso al mercado laboral italiano, especialmente en sectores estratégicos como tecnología, ingeniería y turismo.
El proyecto, que trabaja en una sinergia efectiva con confirmación, también contempla asesoramiento legal, revisión de documentación y gestión de citas para aquellos que buscan solicitar a los ciudadanos a través de la residencia. Además, ofrece alternativas para aquellos que no califican bajo nuevos criterios, como la naturalización por matrimonio o residencia prolongada en Italia.