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El consumo de carne cayó un 2,7% en marzo

El consumo de carne de vacuna cayó nuevamente en marzo y ya se acumula 16 meses en mínimo. Según la Cámara de la Industria y el Comercio de la Carne y los Derivados (CICCRA), el revés mensual fue del 2.7%, mientras que la caída del año y año alcanzó el 5,4%. El informe reveló que el consumo promedio por habitante en el último año fue de 47.8 kilos, el más bajo en tres décadas.

En enero, el récord fue de 47 kilos por año per cápita, lo que marcó una disminución del 3.2% en comparación con el mismo mes del año pasado.

La caída también se reflejó en los supermercados y los autoservicios. Las ventas cayeron 7.1% y 3.7%, respectivamente. En un contexto de inflación y pérdida de poder adquisitivo, cada vez más personas reducen la compra de carne.

Aumentos en los cortes más populares

Si bien el bajo consumo, los precios no dan tregua. Según los datos del Instituto para la Promoción de la carne argentina (IPCVA), los Cortes registrados aumentan antes y después de la última devaluación. Los aumentos preventivos promediaron 7.7%, pero luego se intensificaron.

Al comparar los precios a fines de marzo con esta semana, el ascenso fue notario. El rosbif pasó de $ 9,759 a $ 13,300 (36%), la carnaza común aumentó de $ 7,381 a $ 10,100 (36%), el cuadrile subió de $ 12,719 a $ 17,500 (33%) y la paleta fue de $ 10,152 a $ 13,400 (32%). Otros cortes como la nalga, la pelota de lomo y la parte posterior, con aumentos de entre 16% y 28%.

De CICCRA explicaron que el consumo está directamente relacionado con la economía nacional. «Las familias priorizan otros productos y recortan los gastos. La carne ya no es una compra fija ”, señalan al sector.

La retracción llega a toda la cadena: los refrigeradores, carniceros y productores trabajan con márgenes ajustados. La oferta continúa, pero la demanda no responde. Los datos más fuertes es que el consumo de carne de vacuna todavía no muestra señales de recuperación. Con el aumento de los precios y los bolsillos ajustados, el hábito argentino de comer carne pierde fuerza.

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