Noticias Locales

“Adolescencia”: la serie que nos hace preguntar si estamos haciendo lo suficiente

El reciente lanzamiento de la miniserie de adolescencia ha generado un revuelo notable y con Jusa causa que todo tipo de debates sembran. Más allá de eso, su calidad estética y su propósito artístico están relacionados con este resultado, es la adolescencia, así como el título, y su particularidad actual, lo que parece haber descartado a los espectadores y críticos.

La serie aborda diferentes aspectos que caracterizan o orbitan la adolescencia, o al menos un tipo de adolescencia que está creciendo: una adolescencia cruzada por la virtualidad. Junto con esto, se ve otra realidad creciente con una claridad espantosa: la de una familia que está convencida de que su hijo está a salvo porque no está en la calle.

Algunos de estos temas han preocupado a los académicos y educadores, lo que se refleja en la cantidad de libros y artículos que se han publicado en los últimos años. Uno de los libros que más ha resonado es el de J. Haidt (2024), la generación ansiosa, en la que el autor habla de la gran reconfiguración de la infancia, en la que, en algún momento de los 90, el juego de cara a cara con otros niños desaparece y es reemplazado por una “infancia infantil”.

Estos no les gustan los autoritarios

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Es por eso que molesta a quienes creen que son los dueños de la verdad.

De “Ince” a “Regla 80/20”: los conceptos detrás de la adolescencia, la serie Netflix del momento

Por muchas razones esbozadas en el libro, esto está causando una epidémica incontrolable de enfermedades mentales (Haidt apoya su tesis con datos de los Estados Unidos y otros países del primer mundo), lo que lo hace, además de reducir sus interacciones sociales: los adolescentes duermen menos horas, tienen su atención fragmentada y desarrollar nuevas adicciones.

A diferencia de lo que hemos hecho con computadoras, tabletas y teléfonos (es decir, como dice Haidt, “dárselos a nuestros hijos y adolescentes ignorando su impacto potencial a largo plazo”), ahora podemos confiar en la evidencia para decidir cómo intervenir para favorecer un desarrollo sano y feliz de quienes dependen de nosotros.

Adicción celular: pandemia de la desconexión humana

A partir de experimentos llevados a cabo en contextos de todo tipo, numerosos países y jurisdicciones (como la ciudad de Buenos Aires), y también instituciones educativas particulares, han tomado la decisión de prohibir el uso de teléfonos celulares en el aula. La gerencia y el personal de maestros con el que he tenido que hablar sobre este tema han revelado que el mayor desafío de implementar estas prácticas ha sido persuadir a las familias de su valor para proteger a los niños y adolescentes.

En contraste con las etiquetas de “generación ansiosa” (libro recién citado) o “estudiantes de ADO desconectados y que se pierden en las pantallas: adultos.

El mentor es el que tiene altas expectativas sobre el adolescente y que puede ofrecerle su apoyo; alguien con quien hablar “

Según Yeager, somos nosotros, los adultos, quienes debemos revisar nuestra actitud hacia los adolescentes, primero exceder los estereotipos y, en segundo lugar, construir un perfil o mentalidad de “mentores”. El mentor, según el autor, es el que tiene altas expectativas sobre el adolescente, pero también que ofrece su apoyo; Desde su punto de vista, abordar cuestiones fundamentales como su propósito en la vida y el sentido vital puede tener un impacto determinante en la vida de quién se guía.

El juego de cara a cara con otros niños desapareció y es reemplazado por una “infancia basada en el niño”

A través de la construcción de la confianza y la retroalimentación constructiva, el mentor es el que ayuda al adolescente a desarrollar habilidades y profundiza un conocimiento propio que le permite ser una persona autónoma.

Ser visto. Encuentra ese otro para ver uno: un padre, una tía, una maestra, el maestro de gimnasia, un médico. La adolescencia está en gran parte de esa búsqueda (y lo difícil que la vida adulta si uno no la tuvo a la edad correcta), y eso se refleja claramente en la serie que nos dejó a todos aturdidos. No porque la tragedia esté a la vuelta de la esquina, no porque cualquier adolescente pueda cometer una atrocidad, sino porque a su alrededor pensó que estaban cumpliendo su papel, en realidad, ya que la madre de Jamie lo marca sobre ese final sombrío, tuvieron que aceptar que tal vez no habían hecho lo suficiente. Quizás, debemos reconocer que no estamos haciendo lo suficiente.

*Dra.en Education and Society, Universidad de Barcelona, ​​Maestro en Política. Harvard University Educational

Back to top button