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40 años después del juicio de las reuniones militares: una entrevista con Luis Moreno Ocampo

Este 22 de abril, se cumplen cuatro décadas desde el juicio histórico de las juntas militares, un proceso judicial sin precedentes en el que se juzgaron los crímenes cometidos durante la última dictadura argentina (1976-1983). Este juicio no solo marcó un punto de inflexión en la historia argentina, sino que también se convirtió en una referencia legal internacional. Con motivo de esta fecha, entrevisté a Luis Moreno Ocampo en la ciudad de Nueva York, fiscal adjunto de ese juicio, que actualmente dicta un seminario en la Facultad de Derecho de Nueva York y fue el primer fiscal del Tribunal Penal Internacional.

Juicio a los tableros

Durante nuestra conversación, Moreno Ocampo enfatizó que uno de los principales logros del juicio fue su capacidad para unir una sociedad profundamente dividida. Hizo hincapié en que hoy hay mucha polarización, pero recordó que en ese momento era mucho peor. “Estoy interesado en lo que los jóvenes piensan hoy porque me parece que las narrativas sobre lo que nos sucedió nos permiten generar la forma en que vivimos. Comprender que la violencia es incorrecta, lo cual está prohibido, es una idea que los jóvenes tienen que entender”.

Estos no les gustan los autoritarios

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En este sentido, Moreno Ocampo reflexionó sobre cómo el juicio contribuyó a la coexistencia pacífica posterior, a pesar de las enormes diferencias políticas y sociales: “Permitidos, de repente, los argentinos que se habían matado entre sí en los años 70, desde los años 80 que aprendimos a vivir juntos. Somos caóticos lo mismo, pero no nos matamos mutuamente”.

Cuando hablaba de la película “Argentina 1985”, le pregunté si le había faltado un reconocimiento más explícito para el papel del ex presidente Raúl Alfonsín. Fue él quien tuvo el coraje político para derogar la autoamnistía militar y promover este juicio histórico. Moreno Ocampo acordó la importancia del ex presidente, aunque aclaró: “Es como decir que en los objetivos de la Copa Mundial se quedó.

Ricardo Darín como Julio César Strassera y Peter Lanzani como Luis Moreno Ocampo

Agregó que Alfonsín “ganó las elecciones en parte por lo que propuso con el ejército, pero también tomó un riesgo inmenso. Hizo un juego de gran audacia, porque en ese momento todos los expertos dijeron que el modelo de transición a la democracia era español, tuvimos que hacer acuerdos. Y Alfonsín dijo:” No, investigamos y castigan “. Presencia implícita y esencial de Alfonsín como padre de la democracia argentina a lo largo del proceso.

La conversación también tocó los problemas políticos actuales y su vínculo con la reciente historia argentina. Moreno Ocampo se refirió al debate promovido por el presidente Javier Milei con respecto a las víctimas de los guerrilleros, señalando que son opiniones válidas que enriquecen la discusión. “El último video del gobierno depende, para demostrar que los guerrilleros mataron al ejército, en el Conadep y el juicio de las reuniones. Estamos redefiniendo la narrativa, pero todos estamos aceptando lo que sucedió, sucedió, y tenemos que ver a quién investigamos y castigamos”, dijo.

Al analizar el impacto político posterior del juicio, Moreno Ocampo reconoció que los diferentes gobiernos tenían cuotas de oportunismo con respecto a los derechos humanos. Desde Carlos Menem, quien inicialmente perdonó al ejército pero luego encarceló a Videla, hasta Nestor y Cristina Kirchner, quien reanudó y profundizó las causas contra los represores. Moreno Ocampo indicó que el oportunismo no invalida los avances logrados: lo principal es que los juicios se hicieron y generaron cambios duraderos. “Al final, lo importante es lo que hacen los políticos, no lo que piensan”.

Luis Moreno Ocampo: “Si hay una lección del juicio a las reuniones es que la muerte no puede ser un arma política”

Moreno Ocampo destacó una enseñanza crucial del juicio: “La muerte no puede ser una actividad política, punto”. Además, insistió en que Argentina debería usar esta experiencia histórica para enfrentar desafíos actuales como el crimen organizado. “Hoy en Argentina hay crimen organizado, por lo que parece muy importante que inventemos mecanismos para investigar eficientemente este fenómeno, que existe en Rosario, sino también en toda América Latina. No es solo un problema argentino. Tenemos que ser inteligentes y aprender del pasado para evitar nuevos problemas como el crimen organizado”.

Finalmente, Moreno Ocampo se refirió críticamente al estado actual de la justicia argentina, instando a los políticos a cambiar su enfoque al sistema judicial: “No pueden tratar de controlar a los jueces. Tienen que controlar la corrupción, no los jueces”.

La conversación concluyó con una anécdota personal del ex fiscal, que recordó cómo vivió esa vez: “Cuando Julio (Strassera) me ofreció el puesto, pensé que podrían matarme. Quería abrir, el motor comenzó y si no explotó, cerró la puerta y se fue.

Condenado en el juicio de las reuniones, responsables de los delitos de la dictadura

Cuarenta años del juicio que transformó profundamente Argentina, Moreno Ocampo ofrece una perspectiva crítica y esperanzadora sobre la sociedad y la justicia, destacando que, más allá de las diferencias y divisiones, la búsqueda de la verdad y la justicia sigue siendo esencial para garantizar la coexistencia democrática.

MV / DS

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