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La oficina del fiscal general asegura que el fallo que desestimó a Piqueteros es revisado por el TSJ

El fracaso de la cámara de acusación que desestimó a seis líderes sociales y sindicales se puso pésimo en la oficina del Fiscal General. Durante dos años, se estableció un protocolo de hecho antes de manifestaciones sindicales, sociales o políticas en las calles de la ciudad de Córdoba. “La oración es un límite para el poder de gestión de conflictos”, dicen.

El protocolo existente busca garantizar a los corredores sanitarios y al camino medio libre para circular el transporte público, sabiendo de antemano qué ruta tendrán los manifestantes a quienes instan a respetar esas condiciones básicas.

Después de un “piquema” que se hizo en todo el país y también en esta capital, el 5 de abril de 2023, el fiscal Ernesto de Aragón acusó a seis líderes sociales por desobediencia a la autoridad y obstrucción del transporte y los servicios públicos.

Después de analizar en detalle lo que sucedió ese día, la cámara de acusación consideró que no cometieron un delito y los exculpó, cerrando la elevación al juicio del fiscal de Aragón.

Moltura en el G6 contra el fracaso que desestimó a los líderes sociales acusados ​​de recortes callejeros

El argumento de los jueces de la corte fue interrogado por la oficina del fiscal general. Fuentes de esa oficina explicaron al perfil Córdoba que “limita el poder de los fiscales y la policía para administrar los conflictos”. De hecho, el Ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, reaccionó a la decisión de los jueces asegurando que “en Córdoba el protocolo continuará aplicando para garantizar el derecho de transitar libremente”.

En el jefe de la Oficina del Fiscal Público, esperan que el fiscal de la Cámara de Acusaciones, Jorge Leiva, recurra a la casación para que el Tribunal Superior revise la sentencia. Leiva no dijo lo que hará. Mostró que “está analizando el fallo”.

Si resuelve no apelar, el Fiscal General podría emitir una directiva específica que le ordene que presente la apelación. A partir de ayer, hay 15 días hábiles.

Argumentan que el derecho a la protesta no es absoluto y no debería significar daños a quienes trabajan, tienen sus negocios en el centro y viajes.

Las marchas con cortes callejeros afectan a los vecinos, individuos, cuando las reclamaciones se dirigen, muchas veces, al gobierno provincial. Las víctimas no tienen responsabilidad ni posibilidad de resolver los reclamos que se manifiestan. En resumen, ese es el argumento.

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