Francisco e inteligencia artificial, un diálogo urgente sobre la humanidad ética y digital futura

“Tarea complicada de reconciliar la espiritualidad con microchips y humanismo con negocios”, dijo Claudio Martínez, periodista y diseminador científico en “QR”, emitido por la pantalla de Bravo TV. Su evaluación se refiere directamente a la participación y posición que el Papa Francisco extinto hizo con respecto al avance geométrico de la inteligencia artificial (IA), en pleno boom durante todo el pontificado.
“Que el rápido desarrollo de las formas de inteligencia artificial no aumenta las ya numerosas desigualdades e injusticias presentes en el mundo, sino que ayuda a poner fin a las guerras y conflictos, y a aliviar tantas formas de sufrimiento que afectan a la familia humana”, advirtió el pontiff supremo, que no solo tuvo en su consideración a las expositadas, sino también a las personas jóvenes del mundo, cuya generación está inmersa. En una revolución digital proyectada hacia todos los aspectos de la experiencia humana.
Francisco promovió que la Iglesia Católica adoptará una posición clara frente al avance de la tecnología sofisticada y abogó por vertebrados con la ética de los desarrollos. Incluso participó en la cumbre del G7 organizado sobre el tema. Equánime en sus observaciones, el pontífice sopora las ventajas y riesgos que la IA tiene en sus entrañas.
“Podría permitir una democratización del acceso al conocimiento, el progreso exponencial de la investigación científica y la posibilidad de delegar en las máquinas las obras de desempaquetado, pero al mismo tiempo tiene el potencial de traer consigo una mayor desigualdad entre las naciones avanzadas y en el desarrollo y entre las clases sociales dominantes y dominadas, poniendo en peligro la cultura del encuentro y favoreciendo uno de los desgraciados”, apreció el tiempo largo.
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Con su muerte, “una voz de alerta se apaga contra el avance irreflexivo y devastador de la tecnología sobre la cultura de hombres y mujeres que habitan este planeta”, advirtió Martínez. El posicionamiento del Papa funciona como una llamada de alarma que busca convertirse en carne en los responsables de ejecutar regulaciones y políticas públicas. Evite que la humanidad engendra una causa incontrolable de arrepentimientos y abra una “caja de pandora” será su responsabilidad. El ejercicio del libre albedrío al que Francisco siempre señaló referirse a la libertad del hombre en la tierra puede ser antes de su desafío más complejo.
FPT